– Miedo. Ahora tengo miedo. Nunca imaginé que levantar el pie del acelerador y tomarme la vida con más calma implicase sentirme aún peor. ¿Cómo es posible?
– Tranquilo. Éste es sólo el principio de un largo camino y es normal que te sientas así después de tantos años viviendo deprisa. Date tiempo y ten fe en ti. Te lo has ganado. Sólo tienes que escuchar donde antes oías, y mirar donde antes sólo veías.
– Suena muy bien, pero no es tan fácil.
– Lo es. Déjate llevar y ese miedo que ahora te paraliza se tornará poco a poco en oportunidad y posibilidades. Es sólo cuestión de tiempo, créeme. Y tú tienes todo el del mundo.
– Pero esta inseguridad me hace dudar mucho de todo lo que digo y hago, y es muy desesperante vivir así.
– Piénsalo. Es normal que al parar te sientas extraño cuando has sustituido tu prisa por la quietud. Requiere paciencia. Es como cuanto estás corriendo y te detienes de repente. Tu corazón necesita un tiempo para volver a un latir más sereno. Nada más.
– Pero tengo muchas cosas que hacer y el miedo no me ayuda en el día a día. Necesito una solución pronto.
– Mira. Eres tú quien decide cómo interpretar lo que está sucediendo, y créeme cuando te digo que para hacerlo precisas tiempo. Cuando desde el principio te dejas vencer por el miedo, le estás diciendo a tu corazón que no puedes seguir, que es muy difícil y que eres incapaz de conseguirlo. Interpretas una situación esperanzadora, el detenerte y buscar la tranquilidad, en limitante, al no dejarle espacio a la fe. Has de creer un poco más en ti. Funcionará.
– Es lo de ver el vaso medio lleno.
– No. Es al menos, no verlo medio vacío.
Hay que ver lo curiosos que somos. Nos pasamos la vida diciendo que somos así, o asá, de esta manera o de aquella otra, sin darnos cuenta además de que también somos meros "intérpretes". De lo que dicen y decimos, de lo que hacen y hacemos. Y no habría problema si esas interpretaciones que hacemos de lo que sucede ante nosotros no fueran con demasiada frecuencia tan poco optimistas. Viktor Frankl lo dijo claro: "el Sentido es la posibilidad más valiosa de cada situación". Y digo yo, sobre una cuestión que nos interesa y deseamos, ¿qué sentido tiene decir un "no lo conseguiré" pudiendo decir un sí? ¿Por qué no dejarnos seducir en más ocasiones por la influencia de la posibilidad? ¿Y por qué se escucha con tanta asiduidad eso de "es muy fácil decirlo pero muy difícil de hacer"? Es evidente que es preferible actuar y hacer lo que realmente queremos a seguir "hablando sin sentido" y repitiéndonos una y otra vez a nosotros mismos lo incapaces que somos de conseguir esto o aquello. Menos ruido y más Vida. Más sentido y menos interpretación. Encuentra cuál es tu sentido, tu motivación en la vida y aléjate de todo aquello que te distraiga de lo que persigues. ¿Acaso tienes algo que perder? Ése es el camino y éste es tu momento. Nunca es tarde…